Hay muchos vecinos que son todos diferentes. El vecino de la derecha va de excursión con su telar y hace deporte en sus días libres. Están empapados de sudor. En cambio, el vecino de la izquierda, en su tiempo libre, se queda en casa y no sabe lo que hace. Puede estar viendo la tele, jugando al ajedrez o haciendo lo que le da la gana. O puede que no esté haciendo nada, simplemente relajándose y disfrutando también.
La palabra disfrutar es ligeramente diferente para cada persona. Alguien a quien le guste pasear por nuestros prados, montañas boscosas y valles se sentirá sin duda satisfecho cuando sea capaz de caminar 160 kilómetros. De película. Ambos vecinos se sienten descansados y listos para seguir con sus vidas y esperan con impaciencia sus próximas vacaciones o su breve año sabático.
Mucha gente elige ese término medio. Se van a una casa rural o a un hotel y hacen allí lo que les apetece. Leer un libro, pasear, contemplar la naturaleza. El preciode una noche en un hotel o en una casa particulares terrible. Tienes que comprar 20 edredones y sábanas nuevos sólo para tus vacaciones, pero te los cobran como si fueran nuevos y te hacen creer que los tirarán cuando vuelvas. Sólo las lavan. Todo junto por unos 100 dólares. Pero nadie puede hacer nada al respecto. Es una cuestión de codicia humana, sobre todo por parte de estos proveedores de alojamiento, que evidentemente no devuelven ni un céntimo de este beneficio al Estado. Ahora bien, ¿cómo pasa usted las vacaciones? ¿Sale a hacer deporte o se queda sentado mirando un libro o la pantalla del ordenador? No importa. Mientras puedas relajarte y disfrutar. Ese es mi principal objetivo, y siempre que se cumpla
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