Sigue siendo un tema tabú del que no se habla normalmente en la sociedad. Se trata del sexo anal. Algunas personas sienten asco y nunca lo practicarían, mientras que a otras les excita mucho el sexo y lo practicarían en cualquier momento. También es una fantasía sexual masculina muy común. Los hombres que aún no lo han probado se sienten atraídos por la novedad de la experiencia, como cualquier otra relación sexual. Otro tabú es el sexo menstrual, que es otra ventaja del sexo anal. Las parejas (que actualmente considero heterosexuales) son diferentes y algunas se sienten cómodas practicando sexo mientras la mujer sangra y están dispuestas a recurrir a la penetración anal.
Además, el anal tiene una abertura más estrecha que el vaginal, lo que lo hace más apto para el pene y también más excitante para los hombres. Por supuesto, la clave aquí es que ambas partes estén de acuerdo. Practicarlo a pesar de la resistencia de una de las partes implicadas puede provocar aversión sexual. Eso nunca es deseable. Todo tiene sus inconvenientes. Cuando se practica sexo anal, puede resultar doloroso. Así que la preparación es muy importante. Utilizar suficiente lubricante y masajear el orificio puede evitar estas complicaciones.
Tampoco debe faltar la protección durante el coito. El coito vaginal puede provocar la transmisión de ETS. Otro aspecto importante es la higiene. Por supuesto, tú decides hasta qué punto quieres ser meticulosa. Algunas personas son partidarias de ponerse un enema antes del coito. En parte para que la pareja no se encuentre con sorpresas inesperadas. Sin embargo, si no quieres someterte a este proceso, asegúrate de haber defecado lo suficiente. La inserción involuntaria puede dañar las membranas mucosas del recto y provocar diversas infecciones y hemorroides. Así que si decides intentarlo, ten paciencia y tómate tu tiempo. Tener cuidado no es malo.