Nochebuena tiene un ambiente muy diferente al de otros días por la mañana. A medida que se acerca la noche, se respira un aire de misterio. La mañana es quizá la mayor prueba para la paciencia de los niños. En esta época del año, los adultos están muy ocupados preparando la cena, en la que no faltan filetes de carpa y ensalada de patatas. En esta época del año se emiten muchos cuentos en la televisión, pero todo el mundo escapa de ellos. Para que el tiempo pase más deprisa, es buena idea mantener a los niños ocupados con la decoración navideña. Ya sean ventanas, mesas festivas o banderines colgados del árbol. Puede que el diseño no sea perfecto, pero mantendrá a los niños ocupados y reducirá los tiempos de espera.
Hay muchas tradiciones que aún se siguen en muchas familias hoy en día: en primer lugar, la cena de Nochebuena no se sirve hasta que sale la primera estrella. Siempre se ponen platos de más en la mesa y se cuelgan manteles festivos. Para los invitados inesperados. Debajo del plato se coloca una escama de pescado para rezar por una buena situación económica a lo largo del año. Mucha gente se las mete en la cartera. El muérdago colgado sobre la puerta también trae buena suerte a la casa. Según la superstición, los que han ayunado todo el día también pueden ver una hucha dorada. El futuro se predice a partir de manzanas cortadas y de fundiciones de plomo. También existe la costumbre de los barcos voladores hechos con cáscaras de nuez.
Hoy en día, uno de los regalos más populares que aportan alegría y muchadiversiónes un juego de mesa familiar. Lo ideal es que sea uno que nadie conozca y en el que todos tengan que participar en la resolución de las reglas. A menudo no hay tiempo para encender la tele en mitad de la noche. Otro regalo que encantaría a todos es un instrumento musical. Puede ser una flauta, una guitarra o una armónica. Cantar juntos es la experiencia navideña más agradable. Un cambio agradable con muchas risas es buscar los regalos con la ayuda de pistas escondidas por el apartamento. Hay que pensar un poco, pero es de esperar que el destinatario del regalo sea capaz de recorrer la casa y encontrar finalmente el lugar adecuado para poner el regalo: debajo del árbol.